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Quien sabe no habla, quien habla no sabe

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De las pocas defensas de tesis doctoral en las que he estado, recuerdo la exquisita prudencia con la que el investigador se expresaba, la humildad en los planteamientos, la escasez de juicios rotundos y la abundancia de cautelas. Uno sale de estos eventos con la sensación de que hay un poco más de luz en ese mundo del conocimiento al que el futuro doctor ha dedicado varios años, pero que alrededor de esa zona iluminada hay un área mucho mayor en penumbras, un universo por explorar, una tarea descomunal que afrontar por muchos otros que, como él, se entreguen a la causa con una herramienta potente pero sutil: la del método científico.

He tenido también la suerte de asistir a numerosas conferencias de historiadores, a veces reputados catedráticos, otras tantas voluntariosos aficionados. Unos y otros comparten el rigor formal, y también la prudencia del que sabe que cuenta con unos datos de partida de veracidad limitada. Se expresan citando fuentes, autores, hipótesis y posibilidades; a veces -pocas- se aventuran con una opinión. Son reacios a usar la afirmación rotunda.

Y sin embargo, en cuántas ocasiones escuchamos sentencias absolutas del tertuliano, del pariente, del compañero de trabajo, del típico opinador de barra de bar. Parece que se cumple una constante eterna según la cual a mayor conocimiento menos certezas, a mayor ignorancia menos prudencia. Si miramos a los medios de comunicación y a las redes sociales, encontramos que hay un ruido casi ensordecedor, el que hacen los que reciben dos titulares, los procesan con sus prejuicios y al momento emiten una coz, los que han venido a arreglar el mundo en dos patadas, los que no nos están dejando escuchar esa voz de fondo, la de los expertos, ese hilillo profundo y matizado por años de estudio.

Y todo esto ya lo sabía Lao Tse hace dos mil quinientos años cuando dijo de eso ‘Quien sabe no habla, quien habla no sabe’. Yo, por lo pronto, ya mismo me callo.

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Publicado originalmente como columna radiofónica en el programa Cualquier Día de RUAH – Radio Universitaria de Alcalá de Henares ruah.es.

Libres, como el sol cuando amanece

enero 10, 2012 Deja un comentario

«Querer o no querer decidir en función de las circunstancias que nos han tocado es la libertad. Y en esto creo que estamos obligados a ser libres. Tirar o no tirar el dado. No caer en el esencialismo de si el hombre es una mera máquina, un animal o una marioneta. Nadie sabe todavía qué es el hombre. Me parece extraño eso de ‘naturaleza humana’ porque estoy de acuerdo en aquello de que el hombre no tiene naturaleza sino historia. Esto no quiere decir que no tiren más dos tetas que dos carretas (que nuestros genes tienen mucho peso, y llevados a «condiciones de elevada presión y temperatura» son los que deciden), pero es evidente que tenemos el poder de elegir. Que alguien considere que debe o no elegir es cuestión aparte, pero tú decides si violas a tu vecina o no. Esto conduce a una segunda cuestión, la de hacerse cada uno, a sí mismo, responsable de sus actos. Obviamente actuarías de mala fe si dijeras que violaste a tu vecina porque según la teoría de la evolución como animales que somos queremos dejar descendencia. O que no la violaste en último término porque según la teoría de la evolución reprimiste ese impulso pensando en el bien de la sociedad. El problema es que la afirmación del destino es irrefutable, mi destino me obligó a escribirte y no pude evitarlo, vaya.
Estoy de acuerdo, obviamente, en que los electrones se comportan siempre como se tienen que comportar (al menos antes del advenimiento de la física cuántica) y que el agua destilada hierve -siempre- a 100º C y por eso utilicé el término ‘acotamos’, porque las ciencias trabajan por aproximación a los fenómenos que tratan de definir, explicar y predecir; y por eso se dice que la física cuántica es más completa que la física de Newton, y el descubrimiento de la teoría de la relatividad de Einstein permitió explicar fenómenos que antes eran misteriosos. De igual manera, me referí al orden oculto del movimiento de los cuerpos celestes porque los antiguos, al observar los cielos, determinaron que el movimiento de los planetas debía guardar un orden (kósmos = orden), pero no quedó demostrado hasta que pasaron cientos de años de observación astronómica, a eso me refería con el «orden oculto».
Como la filosofía es poesía, la analogía entre el universo y el hombre es, también, de orden poético. En mi opinión el hombre no tiene esencia, y que su esencia sea acaso el ADN es algo que está por demostrar. Como el hombre no tiene esencia (opino), tampoco tiene un orden oculto dentro de sí. El hombre vive constantemente proyectado hacia adelante, pre-ocupado por sus circunstancias y su futuro, y cada cual tiene en sus manos, a la greña de las circunstancias, su proyecto de vida.
A lo que me refiero con ser HOMBRES, en el pleno sentido de la palabra, y no ratas, es a ese proyecto: a elegir, a dialogar, y, si se quiere, a filosofar. No sé dónde leí que el hombre está un milímetro por encima del chimpancé, cuando no un centímetro por debajo del cerdo. El hombre que busca Diógenes con un farol encendido a pleno día es el que se debate consigo mismo por tratar de ser mejor a cada día. No tenemos libertad suficiente para ser perfectos, pero tenemos perfecta libertad para intentarlo, y lo mejor que podemos hacer, en tanto que hombres, es morir en el intento».

Tenemos abierto un intercambio de ideas en el Blog de Alberto «Tres monos»; la entrada de Alberto se titula «La ética y el gusto».

17. Religión actual y ciencia por Grouchoo

marzo 23, 2011 2 comentarios

CUENTO PARA ADULTOS: La ciencia quiso ser eliminada por el cristianismo, en un principio iban unidas de la mano en una puja por el conocimiento, frenándose y tropezándose la ciencia a cada paso con la religión. Pero la ciencia alargo más y más el vuelo y pasó a ser alcanzada,  adelantándola en razón. En un símbolo de proeza hizo milagros que no puede hacer la antagónica religión.

Los musulmanes encerrados en una jaula por la religión y sus mentes desposeídas de color, pusieron a la ciencia en los dominios de un león llamado Corán. La ciencia fue comida por el león y la jaula se hizo del mejor material para que la mente no pudiera escapar de ella. La fuerza del progreso acabó desmoralizándose y ahuyentándose por la tristeza de que no podía dar alas a la ciencia para ver más paisajes y cielos.

Nota: en un futuro próximo el león querrá inspeccionar más jaulas, tendrá un cascabel que suene a kilómetros de distancia y se enfrentará por su territorio contra más leones…

CUENTO QUE NO ME CUENTAS: La religión, la política, la mayoría de los reyes y las grandes empresas son los cánceres más malignos y peligrosos en el poder social actual.  Por desgracia estamos tropezando continuamente con esta dura roca y debemos reflexionar sobre ello en estos vertiginosos momentos de ascenso a las montañas.

Lo último que  se ha prohibido en las escuelas de algunos estados de  EE.UU. es  el estudio y reflexión sobre la Teoría de la Evolución de Darwin. Realmente me parece una traición a la ciencia y a la historia. Quizá la única solución a este problema sería procesar al presidente de EE.UU. G. W. Bush, al gobernante del Estado y a sus asesores por crímenes de guerra, mentiras, injurias y desobediencia moral. Debido a que Bush falta el respeto hasta a los monos, animales mucho más inteligentes que él. Se hizo un estudio de un mono que aleatoriamente invertía en acciones de bolsa, curiosamente obtenía beneficios ganando al resto de seres humanos que invertían con él.

La religión es una guerra encarnizada por la mentira de la ignorancia. La cristiana educó al hombre hacia el camino del capitalismo con los derechos de propiedad, por qué si no la estupidez de que no puedan acceder al matrimonio los curas y monjas. El egoísmo de la cualquier religión es acaparar hasta la más inmunda riqueza y elevado poder a través del miedo en la mente de las personas. La iglesia invierte en bolsa y ha perdido, ¿será por qué la castigo Dios?.

El Vaticano es el banco más rico del mundo, se aprovecharon durante todo la historia de la ignorancia de los pobres y la incredulidad de los ricos.

¿Cuántos sabios murieron por los predicadores y poderosos del cristianismo?

La religiones cristiana, musulmana, budista, taoísta… son sectas que utilizan una palabra llamada Dios sin ningún derecho, monopolizando su poder. Enrique VIII creo su propia rama religiosa, se desvinculó de la Católica y no le paso nada, ya que él mismo se proclamó su representante absoluto porque no se podía casar con la mujer que quería.

¿Tu con quién te casarías?

Semana Santa de Cáceres

*este texto fue publicado originalmente en el libro DUDAS