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Archive for the ‘Uncategorized’ Category

Tu mano y la mía

De tu padre que siempre te querrá, a 24 de septiembre del 2021. A dos años de conocerte:

Perdí vuelos viajando por países desconocidos hasta encontrarte, perdí noches de insomnio hasta imaginarte, pierdo madrugadas de descanso para tranquilizarte. Y es que Leonardo, me pierdo todo el tiempo con tu sonrisa que me lleva a paisajes andinos. No sé cómo agradecerte pero hiciste de dos chispas una obra de arte. 

En mi vida y quizás sin saberlo en la de otros fue tu presencia un punto y aparte. Imposible desde que nos conocimos no amarte, imposible no creer en la magia, imposible que no me entre nostalgia, imposible mientras ríes no fotografiarte, imposible no verme en el espejo al observarte, mil besos son los que te daría en ese instante, y es que es tan fácil abrir mi corazón hasta abrazarte.  

Eres en mi vida el mejor verso, mi universo, mi arquitecto; eres mi infancia y mi juventud, mi pasado y mi presente, mi inicio y quizás mi final; amigo, ojalá el de mis enemigos, ¿quién sabe lo que el destino nos deparará?, ¿quién sabe si tu mundo y el mío provienen del mismo lugar?, ¿quién sabe si contigo conversar será escuchar a un hombre genial? 

Que el mundo es algo vacío sin ti, tú mano y la mía están unidas por el árbol de la vida, ¿cuantos caminos te llevarán a comprender que todos tienen el mismo destino?, ¿quién puede negar que eres un milagro divino?

Indice de poesías del Dudas.

Amarillo

Fotografía y poesía Carlos Fdez. Alias Grouchoo. Otoño 2021.

Los colegios comienzan,

niños y versos

aprobados y suspensos.

Bendita infancia

benditos recuerdos,

amarillos los sentimientos

Miedos y deseos:

salir de mis puños

salir de mi infancia

salir de mis adentros

convertidos en remolinos de viento.

El frío de las mañanas,

dejan empañadas las ventanas,

aun tengo legañas,

no se me quitan las migrañas

desbocadas entrañas.

El otoño tiene sus «hojas de hierva»

hojas que mece el viento,

viento que mueve el universo,

danzan los árboles en el corazón de mis versos.

Vivo en un parque de Nogales,

vivo encima de un campo de trigales,

maravillosos laberintos

doblados árboles frutales.

Indice de poesías del Dudas.

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Fantasmas de pelo moreno

Nacer en sangre, tropezar con un amor imposible, tirar piedras a esa botella de vidrio que nunca rompiste, llenarse de valor cuando todos callan y susurran al oído, correr descalzo por la Gran Vía mientras nieva, saltar en el último momento al Sol desnudo, dormir la siesta en una bala de heno del pueblo de tus abuelos, nadar de noche en una playa perdida de Cádiz mientras te desnudas entre corales, ver una estrella fugaz subido a tu primer coche, esculpir a Venus de Milo mientras recorres lindas praderas de noche, acariciar los dedos diminutos de una nueva vida,  desengañarse por creer en los hombres y no en los fantasmas, subir en escalera a la luna, buscar oxígeno mientras corres por los campos de Castilla, montar en globo en Lorraine Mondial Air Ballons mientras lees un libro de Julio Verne, volver a sentir la vida mientras gritas, aprender a levantarse mientras suena la campana del último round, pasar de un lado al otro en el arco iris de tus iris, sonreír al niño despeinado que juega en el basurero de la Cañada Real con un espejo, acariciar a un perro apaleado de Jipijapa, llorar de alegría por un trabajo bien hecho, regatear la mala suerte y marcarle un gol saliendo desde el medio de campo, besar unas manos llenas de heridas de trabajar, navegar en un mar desconocido, abrazarse con mis enemigos en la sede de Naciones Unidas, amar sin nada a cambio, amar porque uno se siente libre, amar aun en llamas, amar con las cadenas puestas, amar enfermo, amar para dar otra vida, amar sin orillas, amar para dar otro pase a lo amado, amar mientras contemplas recuerdos llenos de metralla y apasionadas vidas, amar hasta que mueres porque quizás revivas en Normandia.

Morir físicamente, visualizar en el último suspiro a tu madre llamándote desde el balcón, golpear con los puños el espacio entre mi cuerpo, la madera y la tierra; salir de la tierra como salen las flores al espacio, transformar en oxígeno los versos que escribiste de adolescente, dar las llaves a un preso para que decida su libertad determinada, pescar esos sueños que mueren olvidados en la otra orilla del Mar Menor, pintar estrellas de Van Gogh mientras observas el anochecer en la azotea del edificio de tu barrio, recuperar el Espíritu del vino a través de la unión con la línea de tus manos, buscar el motor de tu corazón mientras conduces un yate a gran velocidad por los canales de Venecia tomando un vino tinto, leer la Historia Interminable para atrás para acorralar al destino, saltar al horizonte de la vida mientras otros se esconden para cruzar sus miedos, hacer una guerra de palabras para rescatarlas del salvavidas de tus labios, buscar a Cervantes entre las cárceles mugrientas de Argelia, convertirnos en una parra en un patio del Pueblo Vallecas, llorar porque la justicia está ciega de poder, tomar la tierra como una parte de nuestro destino, morir en una mina de Almaden para renacer entre llantos, bailar desnudo en mitad de la lluvia, brotar hasta convencer a Júpiter que nos convierta en sus aliados. Vender tu alma a un fantasma para estar vivo porque morí en una época de pandemia allá en 2020 en el Principe de Asturias.

Desde entonces todas las noches bailo flamenco entre extraños y me disfrazo de un cuerpo de joven moreno en el Palacio de Gaviria, hacemos fiestas entre vinos y damos palmas con poetas suicidas y locos de pelo largo, hay noches que entre ruidos y epifanias resolvemos ecuaciones sobre el espacio-tiempo al revés. Otros días de luna llena, ayudamos a escapar de las cárceles a los más arrepentidos y pocas ocasiones cuando empiezan las procesiones rescatamos a algún muerto que no quiere morir de pena. Una vez viajamos durante una semana a Nueva York y robamos en el MoMA un cuadro de un pelirrojo que le falta una oreja. Por la mañana hacemos trucos con billetes inexistentes en la bolsa de Nueva York con un amigo que pinta muy retratos, dice llamarse Dalí mientras mueve su bigote y grita cosas raras sobre algo llamado Bitcoin. Alguno noche volamos por Madrid con unos amigos y entramos en el bar de la Biblioteca Nacional cerca de la Plaza Colón y nos pusimos a hablar con uno que salió de un libro, resulta que era un tal Don Quijote que iba montado en un caballo de nombre Rocinante, el buen hombre estaba cansado de estar encerrado, tuvimos miedo que fuera al Congreso de los Diputados, esa noche le convencimos que siguiera luchando contra el olvido.

Hay recuerdos que nunca olvidaré, por ejemplo, un día nevó en Madrid como nunca y empujé a una chavala llamada Filomena que corría descalza desde la Gran Vía hasta el estanco del Retiro decía desenterrar el pasado con historias reales como que morimos para ser mejores, que vivimos en un laberinto de ecuaciones. Lo que guardo con especial alegría fue cuando nos juntamos sesenta millones de almas para protestar en París una tarde lluviosa de 1947 conseguimos que Europa volviera a renacer de las llamas de la guerra. Otro pasaje que me sigue en el recuerdo con alegría fue cuando ayudé a renacer en sangre a ese bebe de pelo moreno y ojos redondos del Hospital Santa Cristina, fue un martes 27 octubre de 1981. Todavía no me creo como pudo fecundarse entre historias que se cruzaron por Alcalá de Henares pero fue lo que se dice «un milagro de la naturaleza» porque tiene mis ojos se parece a un tal Leonardo pero es de San Francisco de Quito no de Da Vinci.

Libros quemados en 2019 (II)

Luego, una sola voz se elevó sobre el alboroto preguntando: —¿Dónde está el valiente? Cien voces gritaron la respuesta: —Lo arrastramos al horno para asarlo. —¿Dónde está el cobarde? —preguntó la voz. —Ha ido a llevar la noticia —respondieron las cien voces—. Ha ido a llevar la noticia. Ha ido a llevar la noticia.

Relatos de los mares del Sur – Jack London

 

La separación radical de la opinión y la información era un concepto que chirriaba en la prensa nacional, que las mezclaba sin rubor. Podías coger los cuatro principales periódicos del país y leer versiones opuestas de los mismos hechos, adaptados a la línea editorial o interés de cada diario. Luego, en reuniones y debates, los grandes editores se preguntaban el porqué de la pérdida de credibilidad de la prensa.

El Director – David Jiménez

 

Cuando acudí al flamenco en busca de puntales, me recibió con un abrigo. Poca fuerza, mucho amparo. Porque el cante no patrocina esa soberbia empresa humana de querer domesticar la realidad.

Ramo de coplas y caminos – Pedro Lopeh

Hemingway

Con Hemingway en Pamplona

Sólo años después aprendí que las palabras son más poderosas que los hechos… y me echo a reír cada vez que oigo la popular frasecita: “¡Hechos y no palabras!”. ¡Qué débiles son los hechos! ¡Una palabra, queda, un hecho pasa! Hasta un perro puede realizar un hecho, pero una palabra sólo la pronuncia un ser humano. Los hechos y las acciones son meros fantasmas en comparación con la realidad, y sobre todo con la realidad sobrenatural de la palabra.

Confesión de un asesino – Joseph Roth

 

La vida a veces se hace intolerable, se hace demasiado brillante, o dolorosa, o preocupante, o confusa. A veces parece que la simple claridad del día te deslumbra, o que los recuerdos se hacen ensordecedores: entonces la conciencia necesita apartarse un poco, escabullirse de la realidad, y nada como un poco de alcohol para lograr el milagro de convertir el mundo en el sitio intrascendente y amable que debería ser. Beber venía a ser la forma de compensar un exceso de realidad.

Y, al final, el tiempo – Alberto Rodríguez

 

Ya nunca beberé ron… sólo un dedal, para darme buena suerte, en cuanto tenga a mano una barrica.

La isla del tesoro – Robert Louis Stevenson

 

Libros quemados en 2019 (I)

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Presentación del vídeo Memorias del tiempo discreto (II)

MemoriasdelTiempoDiscretoTrailer from Carlos Fernández García on Vimeo.

HISTORIA Y SECUENCIAS DEL CORTOMETRAJE

El cortometraje fue realizado en un par de tardes por Carlos Fernández (Grouchoo) y Carlos Exposito (Carlos EXpósito) en la habitación del primero. La idea del vídeo tiene como eje central el propio libro. En este corto se hace referencia la llegada de un amigo de P. Daniel desde su casa a la presentación. La cámara estratégicamente está situada encima de la portada del libro para que todo gire entorno a la memoria de ese tiempo.

1º Suena el teléfono fijo y se le le comunica a un amigo del autor que va a ser la presentación del libro que está leyendo Memorias del tiempo discreto. El protagonista apunta en un papel el lugar de la presentación. Mientras escribe se da cuenta que va a llegar tarde.

3º El personaje principal del vídeo coge el libro y sale corriendo para asistir al evento.

4º Debajo del portal de su casa le está esperando otro amigo y van juntos a la presentación. Los dos se van lo más deprisa posible desde el barrio Parque Los Nogales a la La Casa Tapón de Alcalá de Henares .

5º El conductor deja el libro encima del salpicadero y se visualizan una serie de escenas mágicas en ojo de pez del centro histórico de Alcalá de Henares con la portada del libro mientras se escucha la música de fondo Life in technicolor II de Coldplay. Están todos los aparcamientos ocupados y deciden aparcar dentro del Palacio Arzobispal.

6º Antes de llegar al evento deciden avisar a otros amigos por las antiguas cabinas de Telefónica.

7º Finalmente llegan a la Plaza de los Santos Niños y en la puerta de la Casa Tapón salta el sonido de un reloj mientras se visualiza un texto de una fotografía de Grouchoo:

Abro los ojos y estoy dentro de la fotografía. / Es el tiempo de las ilusiones y los sueños. / Ahora se reúnen en la magia del flash,/ que dibuja garabatos en el eco gris del tubo. / Recuerda, me digo, que si aparece la sombra / del pulso hecho cenizas sólo tienes que galopar. / El sable y el caballo, recuerda, / me digo, el sable y el caballo.

8º Los espectadores entran en el mágico mundo literario de Carrillo, sale una nube de palabras de frecuencia que definen al escritor. Finalmente, aparece su rostro con el título Memorias del tiempo discreto en rojo. De fondo se escucha While my guitar gently weeps de Harrison. Lo demás es la historia de la literatura universal.

Prólogo, palabras, entrevista en la radio, presentación (I)

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El libro Memorias del tiempo discreto de P. Daniel Carrillo fue presentado el 24 de abril de 2010 en La casa tapón de Alcalá de Henares por Carlos Fernández García y Angel de Miguel. Participaron los músicos Gary Lorenzo y Pablo Barranco. Para tal día se proyectó este cortometraje realizado para tal evento.

Birdman en la Gran Vía

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Podría fotografiar el clásico anuncio de Tío Pepe tapando una fachada llena de Sol, podría perderme en cualquier calle ancha de Madrid, como casi todas las vías estarán llenas de coches y edificios sin mucho colorido pero el justo para impresionarme y hacerme el día feliz. Pienso que somos lo que nos rodea, lo que ingerimos, lo que imaginamos pero sobre todo somos lo que andamos descalzos por La Gran Vía. Algunos bohemios paseamos por Madrid con gorro y pañuelo y el humo de un puro entre los labios, entre amigos y abrazados a libros amarillentos para creernos aquellos poetas rotos que perdieron el 98 y otros si me apuras sus vidas en el 14 y en el 27. Decía uno de ellos «los pueblos son libros. Las ciudades periódicos mentirosos», «todo lo que es hermoso tiene su instante, y pasa» cómo pasó aquella época que tanto recuerdas.
 
La arquitectura moderna es una escultura a la ciencia y un guiño al arte figurado de que el cielo acapara titulares. La Gran Vía es de los pocos puntos donde explota la ciencia con el arte hasta convertirse en un epicentro de alguna Movida que nunca estuve. Un edificio bonito te hace querer introducirte dentro de él, pocas cosas nos hacen querer lanzarnos al vacío y volar: quizás los libros de poesía de los malditos, las mujeres imposibles de las películas de Billy Wilder y las bicicletas robadas de Juan Antonio Bardem. Por eso, quiero acabar volando por las calles desteñidas de Madrid disfrazado de Birdman cuando volaba por La Gran Manzana y saludar a los niños mientras miran atónitos a un pájaro grande y azul desplegar sus alas.
 
Podría haber fotografiado a la antigua Avenida del Generalísimo de infinitas perspectivas, poliédricamente perfectas, tengo instantáneas sin ver de esta arteria llena de postales y gentes sin rostro pero solo con los sueños se inmortalizan leyendas. Estoy decidido a no seleccionar ninguna fotografía y pasear esta noche por la 5ª Avenida de Madrid, nada más para que juguemos con la imaginación de cada 5 de enero.
 
Hoy, me he subido a las azoteas para gritar al vacío y pintar con estas palabras como hacía Antonio López al Edificio Capitol y al Hotel La Prensa. Este mediodía he comido en el Restaurante del Corte Inglés mientras observaba cada movimiento de luces «titiritando» en mi interior como si el alma al aire me hablase. Allí me he sentido el Rey David en la montaña mientras miraba absorto y a lo lejos mis tropas luchar contra los filisteos, «más velocidad gritaban mis generales» a la hora de atacar tropas en vehículos metálicos. Durante un rato he contemplado como miles de madrileños se ganan la vida y otros muchos disfrutan a cada paso de la noche mientras observan en los reflejos de un escaparate a unas sombras que quizás eran Quijote convenciendo a Sancho de su próximo viaje a Nuevos Mundos. Pienso en coger una moto y pasear por esta pasarela invisible que sube al cielo entre la Diosa Cibeles y una Plaza de diecisiete Españas.
 
Sé que cada edificio es un monumento a las películas de Alex de la Iglesia y es un día ganado a la bestia del tiempo. Un lugar donde el bandido y el inocente tropiezan por casualidad en el mismo espacio, donde la prostituta y la monja se guiñan a los ojos, donde el turista y el madrileño caminan de la mano, donde el empresario y el trabajador hacen buenos negocios, donde el fotógrafo y el escritor muestran su mejor fotografía en un capítulo lleno de poesías. Todos ellos alguna vez se han hecho una instantánea con los heavies de la Gran Vía, todos ellos caminaron en busca de cines y teatros e invisibles tiendas de discos que algún día fueron templos de la música.
 
Esta vez he decidido mirar los toros desde el tendido 7, sin soltar el puro pasado ese que me amenaza al mareo, por eso quizá estoy escuchando a Sabina mientras cruzo un paso de cebra y me coloco el cuello de la camisa y leo entre silbidos y muchachas a Paco Umbral sobre su libro, del infierno al ruido del colapso del humo. Estoy sintiendo un frío seco que se adentra en la arteria aorta de mi corazón, un «tic tac» que me busca con el paso del tiempo; se avecinan cambios en Madrid. Me siento un gato en busca de nuevos tejados me siento oso en busca de un madroño me siento parte de una época gloriosa donde la Gran Vía era un paseo de místicos en busca de héroes desconocidos.

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Libros quemados en 2018 (y II)

En lo que a mí respecta, me gustaría resucitar, al menos en el ámbito de la literatura, ese universo de sombra que estamos disipando… Me gustaría ampliar el alero de ese edificio llamado “literatura”, oscurecer sus paredes, hundir en la sombra lo que resulta demasiado visible y despojar su interior de cualquier adorno superfluo.

El elogio de la sombra – Junichirô Tanizaki

A veces salía de la ciudad y se alejaba por la carretera. En una ocasión incluso se había internado en un bosque. Pero cuanto más solitario y apartado era el paraje, más claramente percibía Raskolnikof la presencia de algo semejante a un ser, cuya proximidad le aterraba menos que le abatía. Por eso se apresuraba a volver a la ciudad y se mezclaba con la multitud. Entraba en las tabernas, en los figones; se iba a la plaza del Mercado, al mercado de las Pulgas. Así se sentía más tranquilo y más solo.

Crimen y castigo – Fiódor Dostoyevski

Para mí constituye un placer supremo viajar solo y en coche. Casi nunca pongo la radio y muy pocas veces música. Contemplo el paisaje, pienso en el libro que estoy escribiendo, repito en voz alta los chistes que siempre me hacen reír, recuerdo a mis amigos muertos, dejo que corran mis lágrimas a solas, canto canciones de la niñez, me recito versos que conozco de memoria, abro la ventana y huelo los olores de las cuatro estaciones, me río alegre por la viveza de mis sentidos, del hecho de estar vivo, y siento mi existencia y el mundo alrededor en su desorden y alborozo. Disfruto con hondura de mi soledad y no entiendo cómo existe gente a la que le aburre viajar en un coche sin compañía alguna: pocas cosas hay en la vida tan libres, pura aventura. Creo que es algo parecido a lo que debieron de sentir los hombres de antaño cuando montaban sobre un caballo, picaban espuelas y cabalgaban por bosques o desiertos.

Canta Irlanda – Javier Reverte

DUDAS

En la bahía de San Francisco, junto a las aguas donde se forjó Jack London

Esta divergencia entre nuestro entorno y lo que nuestra genética espera se denomina en biología <discordancia evolutiva>, y es la causa principal de las enfermedades crónicas que nos afectan. La medicina utiliza fármacos para enmascarar los síntomas causados por estas discordancias, pero es incapaz de atacar el problema de raíz: falta de adaptación de nuestros genes al entorno moderno. Hablo de entorno en sentido amplio. No me refiero tanto a un sitio físico concreto como al conjunto de nuestros hábitos y comportamientos diarios.

Fitness Revolucionario. Lecciones ancestrales para una salud salvaje – Marcos Vázquez

Seguro que al llegar aquí te impacientarás y dirás: pero bueno, ¿cuáles fueron esas maravillas realizadas por los atenienses? A lo que tendré que responderte: en realidad, todo tipo de cosas; aunque se interesaron en particular por dos: la verdad y la belleza.

Breve historia del mundo – Ernst H. Gombrich

Zwonimir se ha pasado la vida durmiendo en duros bancos «de madera de roble auténtica», suele decir bromeando. No tolera el calor de la cama y tiene pesadillas si el lecho es demasiado blando. Tiene una constitución sana, se acuesta tarde y se levanta con el viento matinal. Corre por su cuerpo sangre campesina; no lleva reloj y siempre sabe qué hora es; predice la lluvia y el sol, siente el olor de lejanos incendios y tiene presentimientos y sueños.

Hotel Savoy – Joseph Roth

Libros quemados en 2018 (I)

Filtros de colores

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No derrumbes mis paredes
mientras descubro como se hacen llamas a mi alrededor,
no te mientas cuando buscas la salvación
mis desgastados huesos acabarán pudriéndose en un cajón
mis mejores versos serán sombras de fantasmas bailando más allá de Orión
mi alma de niño está en combustión
mis pies aún sueñan con andar por la Roma de Cicerón
viajaré por la India, Nepal y quien sabe si encontraré Mi Paraíso interior
sin salir de mi habitación.
[…]
Te ruego que cuando muera no me digas perdón
sino hemos hecho las paces ni el amor
no llores y abraces a unas lágrimas negras de dolor.
No hagas polvo tu interior
mientras sueñas con ser tu mejor versión,
es tan fugaz la emoción
Tan infantil creer en Dios
que la vida merece la pena vivir sin condición,

mi alma se transformará en un león

Indice de poesías del Dudas.

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