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Postcards to Kiyoshi: Los Ángeles

noviembre 11, 2018 2 comentarios

Querido K.:

Lo siguiente que me viene a la mente es una recomendación efusiva: Don’t go to L.A.! Don’t go to L.A.! Nos la daba Joe, el guía de la bodega de Napa Valley, cuando le dijimos que estábamos de viaje por California y que pensábamos ir a Los Ángeles, pero lo dijo con una sonrisa resignada, que era casi la misma que, días después, tenía un conductor de Uber cuando le contamos nuestros planes para el día siguiente: No vayan al paseo de la fama, no vayan a Hollywood Boulevard, hay mucha gente y nada que ver… Te dicen que no vayas pero saben que vas a ir y que luego vas a volver a tu país diciendo que Los Ángeles no tiene nada interesante, que no merece la pena dedicarle más de uno o dos días…

Nos lo pintaron tan mal que íbamos con tan bajas expectativas que… al final la cosa fue mejor de lo que esperábamos. Mi recuerdo de L.A. no es malo: llegamos un sábado por la tarde y nos fuimos un lunes al anochecer, y en ese plazo hicimos -qué si no- de turistas. Nos bañamos en la playa de Santa Mónica, visitamos Venice Beach, conocimos Hollywood Boulevard, vimos el paseo de la fama y las huellas frente al teatro chino, nos perdimos con el con el coche por Beverly Hills y atravesamos Rodeo Drive, subimos al observatorio Griffith y desde allí hicimos algunas fotos a la ciudad y al cartel de Hollywood, paseamos por el Pier de Santa Mónica y por Muscle Beach, y aún tuvimos tiempo para hartarnos de pasear por el downtown: ya sabes: El Pueblo, Union Station, Japantown, Grand Central Market y unos cuantos rascacielos.

No hay nada especialmente bello y no nos pasó nada especialmente memorable. Entonces ¿por qué he elegido Los Ángeles para esta segunda postal? Quizá por que fuimos felices aquel domingo en aquella ciudad soleada, al final de nuestro viaje, con el cuerpo y la mente ya bregados en kilómetros, cambios de hotel y pateos descomunales, con las maletas casi agotadas y la certeza de un regreso inminente. A esas alturas del viaje yo me sentía muy a gusto con el país, con la decisión de haber ido, con las experiencias vividas, con mi compañera de andanzas y con la dinámica que habíamos sabido establecer. Y Los Ángeles era un buen escenario ¿Qué otra cosa, sino eso, es aquella ciudad?

Llegamos allí conduciendo desde Las Vegas. ¿Cuántos millones de personas habrán hecho ese trayecto de 3 horas? Recuerdo la inmensidad del desierto, esas rectas de 30 km, los camiones tan enormes como icónicos y el tráfico denso pero fluido, casi siempre levemente por encima del límite de velocidad. A la salida de Las Vegas habíamos parado un momento a hacernos la foto tontorrona con el cartel, y a mitad de camino comimos en Calico, en el Peggy Sue’s original, donde por cierto me pareció que casi la mitad de la clientela éramos españoles, Cosas así me dan que pensar sobre mi país y nuestro comportamiento como turistas: quizá seamos lo suficientemente audaces para lanzarnos a viajar hasta allí, pero a la vez nos adherimos al topicazo de la ruta prefijada. Psicología de plaga predecible.

Mientras entrábamos en Los Ángeles fui marcando los checks a mi lista mental de cosas de esas que ya sabes pero que tienes que comprobar por ti mismo. La ciudad es enorme y parece infinita mientras vas dejando atrás desvíos, urbanizaciones, polígonos industriales, parques, subidas y bajadas, las autopistas tienen un número disparatado de carriles, en los carteles vas viendo nombres que te suenan (Pasadena, Santa Mónica, Marina del Rey, El Monte…) y en algún momento, ya llegando al destino, empiezas a callejear por barrios de casas unifamiliares con un césped a la entrada y toda la pinta de haber salido en alguna de esas series o pelis que te han educado en remoto desde tu infancia.

Nuestro hotel estaba en Santa Mónica, en una zona tranquila y a no mucha distancia de Venice Beach o del famoso Pier con el parque de atracciones y el cartel indicando el final de la Ruta 66. Era fin de semana y había mucha gente, el muelle estaba muy animado y en los restaurantes era difícil conseguir una mesa. Nos bañamos muy brevemente en el Pacífico, porque el viento y las olas eran muy molestos. Vimos, por supuesto, a Los Vigilantes de la Playa, aunque la realidad no tiene el brillo de la tele. También vimos muchos patinetes eléctricos y un tendero me habló de Cristiano Ronaldo al saber mi origen. Pero lo que más me llamó la atención fue Original Muscle Beach, con decenas de gimnastas haciendo piruetas al atardecer. Nos quedamos varios minutos embobados mirando ese variedad de ejercicios y cuerpos, y creo que podría haber estado más tiempo aún.

De Hollywood no tengo mucho que decir. Estuvimos sólo unas horas haciendo de turistas y no fuimos a ningún estudio. Subimos al observatorio Griffith a pie por un camino de tierra y bajo un sol de justicia, y ese recuerdo sí que va a permanecer. Viendo la ciudad de Los Ángeles desde allí arriba nos fuimos despidiendo de EEUU.

Nuestro último día lo dedicamos a visitar el Downtown, caminamos durante horas por unas calles con aire de haber conocido tiempos mejores y seguimos el consejo de un camarero que nos recomendó llegar hasta la 7th Street: “Allí están todos los locos”. No sé muy bien por qué, pero me impresionó Union Station: simetría y monumentalidad, una burbuja diferente al resto de la ciudad.

Y así terminó nuestro viaje. Fuimos al aeropuerto, devolvimos el coche y volamos a Madrid. Y a pesar de los consejos de Joe (Don’t go to L.A.! Don’t go to L.A.!) y de lo prescindible que todos los españoles dicen que es la ciudad de Los Ángeles, a mi no sólo no me disgustó sino que quiero volver. Y esa próxima vez quisiera llegar recorriendo la Ruta 66 desde Chicago, el viaje que incendia mis sueños. Aunque quizá con ese deseo delato mi subconsciente de español, ya sabes, lo suficientemente audaz para viajar hasta allí, pero adherido al topicazo de la ruta prefijada…

Un abrazo,

Daniel

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Postcards to Kiyoshi: Wofford Heights

agosto 23, 2018 7 comentarios

Querido K.:

Me alegra contarte que he vuelto a cruzar el charco. Con la excusa de visitar a nuestros amigos Layla y Tal, que ahora viven en Berkeley, he estado un par de semanas recorriendo algunos sitios de California, Nevada y Arizona junto a Rosa.  

Hay quien dice que ya no escribo, y aunque sólo sea para llevarles la contraria voy a ir dejando por aquí algunos textos sobre este viaje. La prudencia que acaso no tuve cuando en mi juventud escribí otras cosas, me impide ahora pensar que se puede comprender o juzgar lo que sólo se ha visto muy de paso. Tampoco pretendo hacer un diario meticuloso, ni mucho menos una guía de viaje para los que vayan detrás. Bastará con contar algunas cosas que se me han quedado impregnadas; como si lo que permanece más presente días después tuviera el sello de calidad al que no han accedido los otros recuerdos, los que no aparecen en la proyección mental del viaje que se me presenta sin permiso a cada rato.

Al viajar a los Estados Unidos, la impresión primera y continua es poliédrica: la irrealidad de estar dentro en una de tantas películas o series de televisión, pero a la vez sentir que se está en un territorio ya conocido, en una estética ya transitada en algún momento del pasado. Ahora pienso que los centenares (¿o serán miles?) de fotos que me has ido enviando todos estos años han preparado el terreno. No merece la pena abundar en los tópicos, pero sí acaso corroborar que se confirman: son grandes las llanuras, los coches, los precios y los atascos; son múltiples y mezcladas las pieles humanas; son interminables las rectas y anchas las autopistas; son tediosos los controles aeroportuarios a la entrada; son muy frecuentes las banderas estadounidenses y el lenguaje español.

Han pasado algunos días desde nuestro regreso pero conservo una inercia de imágenes, de sitios y de acción. Si viajar contribuye a amueblar la cabeza, yo en estos días percibo el ruido íntimo de ese correr de muebles. Tampoco tanto, en verdad; el que fue allí es casi igual al que ha vuelto aquí, con algunas intuiciones confirmadas y algunas palabras aprendidas, con algunas sorpresas enriquecedoras y algunas emociones tatuadas. Quiero pensar que también más experto, más abierto, más dispuesto a volver a viajar y a escribir. Y algo más cómodo en los zapatos del adulto que se me ha metido en la piel casi sin darme cuenta.

Ahora quiero explicar por qué fuimos a donde no va nadie. Teníamos el tiempo algo justo y al planificar el viaje nos dimos cuenta de que tras recorrer el Big Sur desde Monterey hasta San Luis Obispo, el trayecto hasta Las Vegas era demasiado largo para hacerlo en un sólo día, así que tendríamos que hacer una parada intermedia. Google Maps mostraba una leyenda sugerente que caía a medio camino: Sequoia National Forest. El zoom a continuación mostró un lago, y en torno al lago vimos una serie de pueblos. Y sin más criterio reservamos alojamiento para una noche en uno de aquellos pueblos. Y es por eso que fuimos a Wofford Heights, allí donde no va nadie.

Del Sequoia National Forest no vimos mucho, a pesar de que Rosa había encontrado información sobre el Sendero de los 100 Gigantes, una ruta para ver secuoyas descomunales a la que finalmente no fuimos. El lago resultó ser un embalse (ahora sé que la presa es de 1953) y algunos de los pueblos anegados habían renacido con el mismo nombre en las orillas del pantano. El paisaje me decepcionó en un primer momento: lo de National Forest me había hecho imaginar un bosque verde y frondoso, pero aquello eran montañas amarillentas y más bien peladas. Hacía un calor sofocante y sumando todas esas primeras impresiones llegué a pensar que iba a ser un día de transición en el viaje, un día sin mayor interés que habría que dejar pasar a la espera de los grandes momentos.

El motel de Wofford Heights no permitía el check-in hasta las 15:00 y cuando llegamos aún faltaban un par de horas. Preguntamos a un empleado muy joven que resultó ser, además de inteligible, simpático y amable; no dudó en recomendarnos ir a Kernville, que estaba a cinco minutos siguiendo la carretera. Al llegar allí vimos un parque junto al río y gente haciendo picnic, pero seguimos hacia el centro del pueblo, que constaba de unas pocas calles, coches aparcados aquí y allá, una estación de bomberos, algunos restaurantes… La temperatura pasaba de los 40º y apenas se veía a un alma. Nos metimos en un Diner para comer.

Creo que puedes comprender lo que significa para nosotros comer en un sitio así, en un auténtico y tradicional Diner del interior de Estados Unidos. Lo habíamos visto infinidad de veces en las películas y en las series, pero era nuestra primera vez y no dejábamos de mirar para todos los rincones. Los asientos, la barra, las camareras con delantal, el expositor de las tartas, la carta del menú, los comensales, el pueblo solitario al otro lado de las ventanas y los dispensadores de refrescos para el refill. Todo era nuevo pero conocido a la vez y una pueril ilusión nos embargaba, un peculiar sentimiento que al recordarlo me hace sonreír. Aquello molaba.

Comimos unas hamburguesas y hubo refill de cocacola. Cuando ya habíamos terminado le pregunté a la camarera si conocía buenos sitios para nadar en el lago. Échate a un lado, me dijo, y se sentó junto a mi en el banco mientras garabateaba un mapa en la servilleta. No es el mejor momento para nadar en el lago, tiene algas, pero en el río hay un sitio al que la gente del pueblo ha ido desde siempre. Y otro cliente me dijo desde la mesa de la lado: ¿Tienes Google Maps? Pues espera que voy a tu sitio y te voy a mostrar el lugar exacto. El día de transición en Wofford Heights se empezaba a poner interesante.

Salimos a la calle para recorrer el centro del pueblo. Ahora sé que el verdadero Kernville está sepultado bajo el lago Isabella, pero entonces no lo sabía y todo me pareció tener un sabor antiguo y auténtico. La oficina de correos con su bandera americana, las tiendas de antigüedades cuya recaudación va a una causa benéfica, el Saloon con sus puertas batientes y el museo del Kern Valley, cerrado para mi desgracia pero con un cartel a la entrada que hablaba de la historia del valle, de los indios, de la mina de oro, del lago y de la generación hidroeléctrica en el río. Seguimos recorriendo las calles de Kernville, haciendo fotos y mirando todo con igual o mayor interés del que pudimos poner en San Francisco. Según se lee en la web del museo “Some of the most famous western movies produced in the 1930’s, 40’s, and 50’s were filmed in the Kern River Valley”, y aquel día yo me sentía en una de esas películas.

Volvimos al motel para dejar las maletas y cambiarnos de ropa. Bañarse en un río no es algo que hagamos todos los días y aquello nos provocaba interés e incertidumbre. El Kern se utiliza para deportes de aventura y la última parte de nuestro viaje de la mañana había sido por una carretera que seguía el curso del río, que allá debajo se veía encajonado y caudaloso, salvaje, con pequeñas cascadas y aguas revueltas formando espumas. Ahora íbamos a ver cómo era aquella curva del río donde los lugareños se bañaban desde siempre. Cuando llegamos había algunas familias con niños pequeños diseminadas por una pequeña playa de arena. El agua parecía casi inmóvil y las barcas hinchables sobre ella apenas se balanceaban. Un grupo de patos nadaban al lado de la orilla, a ratos molestados por algún crío, a ratos alejándose hacia el centro del río. Me he bañado en otros ríos en zonas montañosas y aquel día, a los pies de una cordillera que se llama Sierra Nevada, esperaba una sensación de intenso frío al introducirme, pero no fue así. Daba gusto meterse en el agua templada en aquel día caluroso y nadar un poco y hacer el muerto y salir y volver a entrar y relajarse y no hacer nada. O, mejor dicho, hacer lo que hace hace la gente de Kernville desde siempre.

Al atardecer fuimos a la orilla de lago. Casi en soledad pudimos disfrutar de un paisaje que impresionaba, con el embalse rodeado de montañas entre una luz casi irreal. Estuvimos tomando algunas fotos y volvimos a Kernville para andar un poco por el parque que hay junto el río, que a esas horas estaba animado con pescadores, parejas y algunas personas paseando al perro. Se hacía de noche y decidimos volver a Wofford Heights.

Nuestra última experiencia del día iba a ser un bar al otro lado de la carretera: el Hideaway. El escondite. Cuando llegamos había 6 ó 7 parroquianos de ambos sexos a lo largo de la barra, un hombre mayor jugando al billar, una camarera no mucho más joven y una atmósfera tan despreocupada como puede ser la de cualquier bar de cualquier sitio en una noche veraniega de miércoles. De nuevo tuvimos la sensación de haber visto eso antes: el letrero luminoso de Budweiser, el repertorio variado de grifos de cerveza, los taburetes altos junto a barra alargada y algunas miradas que no conocían la discreción: ¿Quienes serán estos forasteros?. Esa noche había karaoke pero nadie se animaba a cantar. Pedimos algo de beber: Yo me he aficionado a las cervezas IPA en este viaje y lo estuve comentando con la camarera. Personalmente prefiero otras, las Red Ale, me dijo, aquí tenemos de la marca Sierra Nevada. Pues quizá me tomé una Sierra Nevada cuando acabe con la IPA, respondí. Y después de beberte las dos, quizá cantes en el karaoke, apuntilló Rosa. Pero aquel no iba a ser el día de cantar. Y aunque probé la recomendación de la camarera, me gustó más mi elección original. Creo que las Indian Pale Ale han entrado en mi vida para siempre; cada vez que vuelva a dar un trago quizá recuerde el verano del 2018, aquel en que viajamos a Estados Unidos.

Y aquí terminan nuestras andanzas en Wofford Heights y Kernville. No sé si he conseguido reflejar lo que sentimos allí: no hicimos nada espectacular y me sigue pareciendo normal que aquello que no sea un destino frecuentado, pero el hecho es que allí tuvimos una experiencia más cercana, más sincera, más humana, para conocer el país que estábamos visitando. Comer en un restaurante, comprar en una tienda de regalos, pasear por unas calles, bañarse en un río, asomarse a la orilla de un lago, tomar dos cervezas en un bar… Sacar la cámara de fotos casi con vergüenza por hacerlo sin estar rodeados de cientos de turistas haciendo lo mismo que nosotros. Aquel día fue muy especial y así ha quedado inserto en nuestro recuerdo. Con otras personas podemos hablar de recuerdos compartidos de San Francisco, de Los Ángeles y de Las Vegas. Sólo con Rosa puedo hablar de Kernville, y eso crea una complicidad distinta. Creo que tú, que has buscado la conversación con los lugareños en tantos pueblos perdidos, podrás entenderlo. Por eso he elegido este tema para la primera postal.

Habrá más.

Un abrazo,

Daniel

Notas perdidas por Perú (I)

Machu Picchu, 30 diciembre del 2017

Machu Picchu, 30 diciembre del 2017, Grouchoo

Viajé por Perú los últimos días del 2017 con mi mejor compañera, mi cámara de fotos y el famoso libro La ciudad perdida de los Incas de Hiram Bingham y me encantó. Yo ya tenía una idea preconcebida del país de los incas, chachapoyas, paracas, etc. y era que se parecía al resto de países andinos: la orografía, el idioma, la comida y la historia son similares en toda la Comunidad Andina, sin embargo existen más diferencias de las que pensaba. Lo que fue Tahuantinsuyo ofrece una historia, cultura y épica que recuerdan a las antiguas leyendas griegas más que a las historias contadas por los guionistas de hollywood.

No se por qué pero desde pequeño siempre quise viajar por Latinoamérica en moto y releer los libros viejos subrayados de la asignatura de Historia de la editorial Vicens Vives que estudiaba en el C.P. Dulcinea intercalándose con los Diarios del Che Guevara y los libros del boom latinoamericano. Esta vez, utilicé en forma de diario las notas de mi iphone6 plus para escribir las mejores anécdotas que iban pasando por mi cabeza mientras viajaba en avión, tren y carretera entre Lima, Arequipa y Cusco. Además tuve la osadía de grabar con el audio del móvil las explicaciones de algunos guías de Free Walking Tour que te cobraban sólo la voluntad por enseñarte y explicarte los lugares más típicos de las ciudades que visitaba.

Al llegar de nuevo a Quitó decidí darme unos días de descanso para interiorizar tantas  experiencias y cultura vividas. Al cabo de una semana he conseguido exponer algunas ideas sin ordenar que me vinieron a la mente en aquel periodo de búsqueda interior y fiesta del descubrimiento.

 

  1. La historia de Perú parece complicada y muy diferenciada, se nota que fue un imperio venido a menos, que se rompió en mil pedazos por culpa de la mala cabeza de aquellos conquistadores, reyes y cristianos españoles, contra los incas, sacerdotes, soldados y el pueblo ya que fueron demasiado inocentes y no supieron cuantificar la vileza del invasor. Después de 1821 a la república parece que las cosas tampoco le han ido muy bien, todavía se habla con amargura sobre la época de las guerrillas, inseguridad, corrupción y falta de organización, seguramente estos mismos temas se repiten desde hace siglos en un circulo vicioso que frena el desarrollo y la equidad.
  2. Estos últimos años no han tenido héroes a los que escribir, ni una justificación por las que cerrar las viejas heridas históricas que nunca acaban de cicatrizar. Por ejemplo, en cada Plazas de Armas que visitamos estaban manifestándose en contra del indulto de Fujimori y de la corrupción de los gobiernos. Por esto y por más motivos buscan en la Historia y en los incas y otras civilizaciones precolombinas aquella idealización de algo que quizás nunca existió pero añoran.
  3. La historia que me explicaron en el colegio sobre el descubrimiento de América varía bastante de la realidad que percibí al llegar a Perú (más Perú que Ecuador). Algunos peruanos sienten que se les robó y se les machacó, aunque no tratan mal al europeo y al turista consideran que esté les maltrató impunemente y algunas versiones de la historia se merece volver a ser revisada. Puede ser que por este motivo y por otros, los incaicos sean más nacionalistas que el resto de ciudadanos de países latinoamericanos. La Historia de los pueblos siempre tienen luces y sombras, para este antiguo imperio parece una  especie de maldición la llegada de Pizarro y sus tropas como bien explicaba Carlos Fuentes en El espejo enterrado, pero la historia se puede reescribir pero al fin y al cabo es la que es, sólo se puede cambiar el presente y el futuro para que no se vuelvan a repetir hechos tan crueles.
  4. Los españoles, portugueses e ingleses arrasaron en pueblos de América, sobre todo en las islas del caribe y el sur del continente ya que exterminaron a los autóctonos y oriundos. En Perú por suerte hubo una mezcla muy fuerte de culturas y razas que han logrado convivir apaciblemente aunque todavía se ve una desigualdad brutal entre el rico que suele ser blanco y el pobre que suele ser el indígena o mulato. No hay que olvidar que la mayoría de los libertadores americanos fueron hijos de caciques españoles y europeos educados o inspirados en y por Europa, y muchas veces las rebeliones no fueron por causas tan nobles como se cuentan.
  5. Hay que tener cuidado con las explicaciones  de los guías ya que cada uno te cuenta una historia diferente sobre los hechos y las cosas, en general son ideas muy resumidas, preconcebidas y parecidas pero en particular cada uno da una versión diferente de los hechos, no todo es negro ni todo es blanco. Uno descubre según profundiza y lee a los cronistas, historiadores y otras fuentes bibliográficas que donde había un templo resulta que estaba el palacio del inca o las hijas del sol, donde se lucha por mantener las tradiciones están se utilizan como reclamo turístico y sacar dinero, más que como costumbre para preservar la identidad de un pueblo. Donde se respetaba a la naturaleza se daban niñas como ofrendas a los dioses para que no hubiera más desastres naturales.
  6. En Perú existe mucha inversión y cultura asiática, Fujimori la reforzó con los TLC, por ejemplo están las marcas de autos como Hyundai, Haval, Faw, MG, BAIC, etc. Además, vi el instituto Confuncio y colegios de la comunidad nikkei por el centro de Lima y Arequipa. Muchos peruanos conservan los rasgos físicos de sus ancestros chinos o japoneses, esa mezcla y los carteles de las tiendas escritos en chino o japonés parece a veces que estés en Asia en vez de un lugar profundo de América.
  7. Hay bastantes empresas de inversión española pero no me crucé con muchos europeos viviendo ni viajando por Lima, Arequipa y Cuzco. Quizás sea porque las temporadas de turismo alto son de junio a octubre, quizás porque muchos volvieron a España por Navidad, quizás porque sólo estuve unos días y no me dio tiempo a hacer lazos con la comunidad extranjera. Me hubiera gustado haber entrado a una universidad o asociación española y haberles entrevistado para ver su visión sobe ciertas cosas.
  8. Nunca en mi vida me crucé con una manada de perros tan numerosa como la que vi en las calles de Cuzco, los canes vagaban por las carreteras, caminos y aceras en busca de comida y calor. En Jipijapa, Ecuador había manadas de 5 a 15 perros, en Cusco esta se multiplicaba por dos o por tres llenando las veredas. Parecían lobos callejeros sobreviviendo en una ciudad injusta, algunos de ellos estaban desnutridos, enfermos y heridos, caminaban desorientados con mucosidad en los ojos y llenos de pulgas. Curiosamente le di de comer a dos de ellos y no comieron delante mía pero no creo que esto sea lo común. Los más perdidos o cansados acaban tumbados en cualquier calle céntrica y concurrida mientras pasan rozándoles los vehículos o viandantes con sus cámaras de fotos y sus guías turísticos,  estos podrían estar enfermos e incluso muertos pero sin embargo parecen parte del paisaje turístico de los dioses soles. Latinoamérica debería cuidar de los animales como bien explica en sus objetivos el Buen Vivir y la Economía Popular y Solidaria.

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Mi primer nuevo viaje. Tailandia. Día-1.Planificación VS logística 

octubre 10, 2015 1 comentario

La logística nunca fue mi fuerte, me gusta mas planificar sobre el papel. Eso, planificar, si que se me da bien. Idea sobre idea, palabra sobre palabra , historia sobre historia… 

Por eso, desde mañana, os contaré la mía. No será ni mejor ni mas interesante que la tuya. Simplemente será mi historia.

Todo lo que nace con intensidad, deja atrás una muerte tenue… Y mis plantas son ahora las que sufren esa condena. 
  

 

Categorías: Fotografía, Viajes

133. Metro de Nueva York

Metro de NY, diciembre del 2015

1. Metro de NY, diciembre del 2015

Metro de NY, diciembre del 2015

2. Metro de NY, diciembre del 2015

Metro de NY, diciembre del 2015

3. Metro de NY, diciembre del 2015

Metro de NY, diciembre del 2015

4. Metro de NY, diciembre del 2015

Metro de NY, diciembre del 2015

5. Metro de NY, diciembre del 2015

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133. Calles de Nueva York (noche)

132. Calles de Nueva York (día)

 1. Empire State, N.Y.

1. Empire State, Manhattan, N.Y.

2. Calles de Nueva York.

2. Espejos en 5º Avenida, Manhattan, Nueva York.

 

3. Calles de Nueva York

3. Calles de Manhattan,  Nueva York.

4. Fish eyes en Time Square

4. Fish eyes en Time Square

 

5. Siendo un gusano en N.Y.

5. A vista de gusano en la 5º Avenida, Manhattan, N.Y.

6. Fish eyes at Time Square

6. Fish eyes at Time Square, Manhattan, N.Y.

7. Radio City, N. Y.

7. Radio City, Manhattan, N.Y.

8. Time Square, Manhattan. Nueva York

8. Time Square, Manhattan. Nueva York

9. Asfalto y hormigón en N.Y.

9. Asfalto y hormigón en  en las calles de Manhattan, N.Y.

10. Espejos en Nueva York

10. Espejos en  la 5º Avenida, Manhattan. Nueva York

11. La noche e n Nueva York

11. Noche fría en la 5º Avenida,  Nueva York

12. Puente de Brooklyn

12. El puente de Brooklyn, Manhattan, N.Y.

13. Rio Hudson. Manhattan, N.Y.

13. Rio Hudson. Manhattan, N.Y.

Caminé por la noche, pasé frío y me mojé de felicidad, fotografíe y soñé que veía a las estrellas de hollywood en blanco y negro caminando por Radio City o Broadway mientras yo paseaba en limusina, observé como niño las lucecitas de colores que se reflejaban en los charcos convertidos en espejos. Por eso volvería a poner mis oxidados huesos en Manhattan, sí, en esa manzana del mundo capitalista para darla un buen mordisco, ese crujido que por la noche no te deja dormir y te lleva al futuro. Al fin comprendí que no somos nada, que todo nos lo podemos jugar a los dados con la excusa de ver girar el mundo, para seguir gastando dinero en esa ruleta que nunca deja de dar vueltas. ¿Por qué todo está concentrado en Manhattan? ¿por qué quiero pensar que esto fue un viaje al futuro?

Eran demasiadas cosas para comprender en tan poco tiempo, demasiadas fotografías incrustadas en la retina, al fin y al cabo Dios hizo Nueva York y el resto del mundo, la prueba está en las alturas, dónde no ves el final.

131. Nueva York: el sueño americano… pero para los que están arriba.

Categorías: Fotografía, Grouchoo, Viajes

Bill Bryson – Neither here nor there

febrero 28, 2015 3 comentarios

Is there anything, apart from a really good chocolate cream pie and receiving a large unexpected cheque in the post, to beat finding yourself at large in a foreign city on a fair spring evening, loafing along unfamiliar streets in the long shadows of a lazy sunset, pausing to gaze in shop windows or at some church or lovely square or tranquil stretch of quayside, hesitating at street corners to decide whether that cheerful and homy restaurant you will remember fondly for years is likely to lie down this street or that one? I just love it. I could spend my life arriving each evening in a new city.

bill-bryson

When I told friends in London that I was going to travel around Europe and write a book about it, they said, ‘Oh, you must speak a lot of languages.’

‘Why, no,’ I would reply with a certain pride, ‘only English,’ and they would look at me as if I were foolish or crazy. But that’s the glory of foreign travel, as far as I am concerned. I don’t want to know what people are talking about. I can’t think of anything that excites a greater sense of childlike wonder than to be in a country where you are ignorant of almost everything. Suddenly you are five years old again. You can’t read anything, you have only the most rudimentary sense of how things work, you can’t even reliably cross a street without endangering your life. Your whole existence becomes a series of interesting guesses.

131. Nueva York: el sueño americano… pero para los que están arriba

1. Persona durmiendo en el Metro de Manhattan, N.Y, diciembre del 2014. A las 20:00

1. Persona durmiendo en el Metro de Manhattan, N.Y. Diciembre del 2014 a las 20:00

2. Persona durmiendo en el Metro de Manhattan,  N.Y, diciembre del 2014. A las 20:00

2. Persona durmiendo en el Metro de Manhattan, N.Y, diciembre del 2014. A las 20:00

2. Persona durmiendo en la estación de metro del aeropuerto J.F.K de, N.Y, 1 enero del 2015. A las 5:05 de la madrugada

3. Persona durmiendo en la estación de metro del aeropuerto J.F.K de N.Y. 1 enero del 2015 a las 5:05 de la madrugada

3. Persona durmiendo la parada de Broadway de N.Y, diciembre del 2014. A las 23:00

4. Persona durmiendo la parada de Broadway de N.Y. Diciembre del 2014 a las 23:00

4. Personas durmiendo la parada de Broadway de N.Y, diciembre del 2014. A las 23:00

5. Personas durmiendo en la parada de Broadway de N.Y. Diciembre del 2014 a las 23:00

5. Persona pidiendo en la "Grand Central Terminal" de N.Y, 30 diciembre del 2014. A las 23:00

6. Persona pidiendo en la «Grand Central Terminal» de N.Y. 30 de diciembre del 2014 sobre las 23:00

6. Personas durmiendo en el metro The Bronx de N.Y, 30 diciembre del 2014. A las 24:00

7. Personas durmiendo en el metro The Bronx de N.Y. 30 de diciembre del 2014 a las 23:10

7. Persona durmiendo en la "Grand Central Terminal" de N.Y, 30 diciembre del 2014. A las 23:00

8. Personas durmiendo en la «Grand Central Terminal» de N.Y. 30 de diciembre del 2014 a las 23:00

8. Persona en el metro de N.Y, línea roja y azul. 31 diciembre del 2014. A las 23:00

9. Persona en el metro de N.Y, línea roja y azul. 31 diciembre del 2014 sobre las 19:00

9. Persona durmiendo en una estación de metro de Manhattan,  N.Y, 24 diciembre del 2014.

10. Persona durmiendo en una estación de metro de Manhattan, N.Y, 24 diciembre del 2014.

10. Persona en una estación de metro de Brooklyn  N.Y, 31 diciembre del 2014. A las 2 de la madrugada

11. Persona en una estación de metro de Brooklyn N.Y, 31 diciembre del 2014 a las 2 de la madrugada

11. Personas en una estación de metro de Manhattan,  N.Y. Diciembre del 2014. A las 2 de la madrugada

12. Personas en una estación de metro de Manhattan, N.Y. Diciembre del 2014. a las 2 de la madrugada

12. Personas en el metro Christopher de Manhattan, N.Y, 30 diciembre del 2014.

13. Personas en el metro Christopher de Manhattan, N.Y, 30 diciembre del 2014.

13. Personas en el metro durmiendo, yendo al aeropuerto J.F.K, N.Y, 1 enero del 2015. A las 5 de la madrugada

14. Personas en el metro durmiendo, yendo al aeropuerto J.F.K, N.Y, 1 enero del 2015 sobre las 4:30 de la madrugada

Quizás el drama de hoy en Nueva York sea la inhumanidad de un sitio con millones de humanos, la obesidad de algunos de sus habitantes, el miedo a un ataque terrorista que tiene a miles de policías en alerta máxima y la pobreza en aumento. Sin embargo a pesar de todo esto, no sabía que en la misma Manhattan hay cientos de vagabundos que están por los metros malviviendo, estos son casi invisibles a los ojos de los miles de turistas que como yo desconocíamos este problema, los propios «neoyorkinos» parecen ya estar muy acostumbrados, porque nadie les mira, nadie se asusta, nadie parece prestarles más atención que el tener cuidado de no pisarles, es como si el sueño americano les hubiera golpeado y hundido con toda sus fuerzas, estos no son peligrosos, no se meten con nadie y muchos de ellos te dejan tomarles fotografías. En N.Y. en diciembre hace -4º centígrados, hiela por la noche y parece como si se les hubieran helado todas las buenas ideas. Estas fotos parecen hablar de otra época diferente a la de ahora, la del crac del 29, la crisis del petróleo del 1973 y 1979 o la de otros siglos pasados con sus crisis de oferta y no de demanda. Dicen que uno muere cuando le abandonan sus sueños no cuando se le para el corazón, espero que a estas personas no les abandonen los suyos, lo único que les queda es dormir y soñar tranquilamente en el calor del subsuelo, mientras otros pasan deprisa como si la vida pasase más rápido de lo que ellos quisieran. Me resultó curioso que estas personas que viven en el subsuelo no pidiesen, y se mezclaran con el resto de viajeros. A pesar de la dureza de las fotos sí es Manhattan, sí es Nueva York, sí es la ciudad tan maravillosa que vemos en la películas de Billy Wilder, como dice el periodista y escritor Enric Gonzalez “El urbanismo de Nueva York se forjó con un patrón medieval: millonarios y mendigos convivían en un palmo cuadrado. Eso creó una civilización interesante. Las urbanizaciones de casas iguales para gente igual que piensa igual generan ignorancia y paranoia, los dos males contemporáneos de Estados Unidos.” Parece increíble que las fotos sí estén hechas en la ciudad que construyó los primeros rascacielos del mundo, la que maravilló a medio mundo con su crecimiento exponencial a partir de la I Guerra Mundial, la que hizo a muchos emprendedores millonarias como las familias Astor, Morgan y Rockefeller. Lo que sí percibí es que se merece estar entre las ciudades más cosmopolitas del mundo y con más atractivo cultural. Puede que estas personas que duermen en invierno en el «subway» hayan visto otra ciudad a la que nosotros visitamos, quizá todo esto fue lo que yo sólo vi en esos ocho días de idas y venidas por la capital del mundo occidental, no pude resistirme a no tomar fotografías de lo que más me impactaba, quizás todo esto fuera para que mi conciencia se tranquilizara mientras iba de tiendas  o de fiesta. «Happy new year» me dijo el del sombrero de la fotografía 11.

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La ruta

agosto 26, 2014 6 comentarios

En algún momento del viaje las costumbres de ahora se han impregnado en nosotros, ha revivido esa rutina que casi habíamos olvidado -las pedaladas, el sol, la alegría del agua fresca y de la sombra- y dejamos de ser nosotros -los de siempre, los que somos- y volvemos a ser los que fuimos.

Digamos que hacia el cuarto o quinto día ya hemos asimilado el lastre de la bici, ese abrir y cerrar cremalleras de alforjas, el sabor del aire, la sorpresa repetida de los animales atropellados. Llevamos incrustadas las voces de los compañeros, tanto, tan adentro, que más tarde la mayor nostalgia quizá sea la sonora.

Hacia el cuarto o quinto día hemos perdido el sentido de la vergüenza y nos bañamos en las fuentes y nos quitamos las camisetas y nos echamos en cualquier parque, en cualquier plaza, en cualquier sitio. Advertimos en el amigo la cara tostada del vagamundo, la misma nariz quemada con la que el espejo nos sorprende. Voy pedaleando en silencio y me recorren las poesías que leíamos en el colegio, y me repito que el ciego sol se estrella en las duras aristas de las armas, llaga de luz los petos y espaldares y flamea en las puntas de la lanzas. Y al llegar a otra provincia, los olivares y, claro: andaluces de Jaén, aceituneros altivos, decidme en el alma de quién, de quién son estos olivos.

Otro día de ruta, otra nueva cima. Miramos a las montañas con una mezcla de fastidio y deseo. En la subida cada uno busca su ritmo y llega entonces el momento de soledad e introspección. ¿Seremos capaces, con el corazón a redoble, de desterrar lo accesorio, de centrarnos en lo esencial? Aquí, en este bosque, lo esencial podrían ser las piedras del camino, la dulzura del rodar, el tacto de tejido sintético. O aislar el picotazo de un único rayo de sol. O imaginar el recorrido del aire, de la boca a los pulmones, de los pulmones a la mente.

Hacia el cuarto o quinto día el cuerpo se queja sin mucho entusiasmo, allí donde la molestia está a punto de convertirse en dolor. Soñamos con piscinas de agua helada, y con el mar, la mar. El mar. ¡Sólo la mar! ¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad?

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100 anécdotas de Ecuador desde los ojos de Grouchoo (mejorado)

Reflejos de Quito, 29 de sep. 2012

Reflejos de Quito, 29 de sep. 2012

Geografía y clima

1. Mucha gente se piensa que Ecuador está en Centroamérica y sin embargo está en el norte de Suramérica, besando el Pacífico entre Colombia y Perú.

2. En la costa el cielo nunca está azul despejado ni azul muy fuerte siempre está blanco o nublado pero no es así en la sierra que es al contrario (Quito, Ambato, Cuenca y Loja). Aquí en América tiene más claridad la luz, existen otros colores.

59. El país es muy diferente según la zona que vivas (limpieza, organización, administración, arquitectura). Creo que el desarrollo del país depende sobre todo del clima como decía Buffon y Montesquiu, además de otros factores  como la comida, las tradiciones y las costumbres ancestrales. Claramente no es lo mismo la sierra (serranos) que la costa (monos), el Oriente a las Islas Galápagos.

71. Ecuador es una potencia en paisajes y naturaleza, tiene todo para ofrecer: volcanes activos, parques naturales con especies endémicas, selvas vírgenes, ríos llenos de oro, costas con playas de ensueño, hoteles baratos, ciudades con historia, etc. Es un lugar perfecto para hacer turismo relacionado con la naturaleza, el problema es el turismo de ciudad (Guayaquil, Quito y quizá Manta), la pobreza de estas grandes ciudades atrae a la delincuencia.

77. El lugar preferido para vivir por los ecuatorianos y extranjeros es Cuenca (tercera ciudad en importancia en Ecuador), un lugar histórico, comparable a cualquier ciudad europea por su cultura y arquitectura. En esta ciudad viven muchos extranjeros, sobre todo norteamericanos retirados, artistas, hippies. En Cuenca existen bares de madera centenarios, pastelerías con buena bollería y un par de mercados de frutas muy variado con precios baratos que no tiene nada que envidiar al mejor mercado de Europa. El segundo lugar más cultural de Ecuador sería Ambato o Loja, aunque alguno dirá que primero Ambato ya que es la <<ciudad de los tres Juanes>>.

83. En la zona de la sierra se seca más rápido la piel que en la costa, esta te pica y se queda blanca cuando uno se arrasca. Además, a uno se le cortan más los labios, tiene mucho más gases y va más al baño a orinar, ¿no sé por qué?.

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Cultura, educación, religión, música, costumbres y lengua

27. A parte del español tienen un segundo idioma, conocido como el Kichwa (idioma de los incas del norte de Ecuador), no el Quechua como mucha gente se cree (sé que es una marca de ropa de deporte, de la empresa Decathlon) que lo hablan los indígenas. Su vocabulario es difícil, por ejemplo: “chirisique” es descuidado, “chamisada” es despeinado, “arra rai” es calor, “carisina” es mujer que no sabe cocinar, etc.

50. Existen nombres curiosos que en España llamarían la atención, como una marca de electrodomésticos que se llama Durex (marca de preservativos en España), una tienda en Cuenca de nombre “La Paja» y abajo «Toquilla”, etc.

51. Tienen vocabulario muy propio: “chongo” es casa de citas, “bacan” es bueno, “coñudo” es ahorrador, “esfero” es bolígrafo, “marcador” es rotulador, “funda” bolsa de plástico, “canguil” es maíz, «chompa» es cazadora, etc.

33. Las mujeres (sobre todo jóvenes) son muy femeninas se arreglan mucho, normalmente se ponen falda y tacones, pocas veces pantalones. Aunque en la sierra si se utilizan más los pantalones.

37. Tienen hijos muy jóvenes, hay un dicho popular que dice algo así “por el camino las cosas se van arreglando”.

38. Por lo general les gusta escuchar la música muy alta, que la escuche todo el mundo, el de la fiesta y el que está en la otra calle trabajando.

49. Todavía existen tiendas físicas de música, vídeos, videojuegos, programas informáticos en formato CD o DVD. La mayoría de ellos son copiados y valen menos de un dólar. Aunque el cine ecuatoriano no lo tienen pirata, sólo el extranjero, este lo venden por 4$.

39. Normalmente les gusta las tendencias extranjeras de moda, Zara es aquí lo último.

46. En Ecuador comen las uvas a fin de año como en España y queman unos muñecos de papel que hacen únicamente para la ocasión conocidos como los “años viejos“.

48. Desde Ecuador no puedes comprar en algunas tiendas de internet internacionales como Amazon porque no te dejan pagar o no te reconocen el país o te ponen algún problema de error. Pero si he podido comprar en la Casa del Libro formatos digitales.

55. Les encanta la música retro y española, mínimo que tenga de 20 a 40 años. Todavía sigue de moda Jose Luis Perales, Camilo Sesto, Karina, Victor Manuel, etc. Los autobuses son discotecas antiguas andantes.

56. Ecuador al igual que otros países tiene fiebre de titulitis. Quizá sea el país con más ingenieros del mundo. Te llaman primero por el título y luego por el nombre, por ejemplo Economista Carlos, Abogado Luis, Doctora Laura, aunque para ellos lo máximo que uno puede llegar a aspirar  es que a uno le llamen Ingeniero.

57. Aquí en Ecuador todavía a la mayoría de la gente no le importa que le tomen fotos por la calle. No tienen esa “tontería” como en Europa de que eso puede ser muy malo, eso de preservar la privacidad lo desconocen, esa inocencia me maravilla enormemente.

73. Hay muchas peluquerías, pero los cortes de pelo son tradicionales, lo típico hombres pelo corto, casi siempre con raya en un lado y mujeres melena suelta pocas veces teñidas. Creo que los hombres les vuelven locos las rubias y pelirrojas.

64. Algunos ecuatorianos pegan pegatinas en los traseros del coche: el rostro de Jesus con espinas, la cara famosa del Che, la Virgen Maria o sino su equipo de fútbol, el nombre de su ciudad, algún animal representativo, etc. O escriben textualmente sobre la carrocería frases muy peculiares sobre su suegra o sus antiguos amores.

65. Los periódicos son más sensacionalistas y menos densos que en España, por ejemplo, en Guayaquil existen ocho periódicos, uno de los más duros es el Extra, el contenido se centra en homicidios y accidentes  junto con un poco de deporte. Las fotos que ponen suelen ser bastante impactantes, víctimas destrozadas tirados en el piso (creo que prohibido por ley en Europa).

79. En algunos pueblos de Ecuador se escucha música todo el día, la radio pública está en el aire.  Tienen altavoces colgados por las calles  y uno puede informarse de todo mientras pasea (si un vecino ha perdido el monedero, si el otro hoy cumple años, quien se ha ganado la loto, etc).

84. En Ecuador los artesanos son talentosos, buenos y baratos. Te pueden arreglar cualquier cosa que en Europa te dirían que no vale la pena, con un simple “tíralo”. Normalmente trabajan en una calle común parecido a los “gremios”, creo que estos tienen más demanda que en Europa. Las cosas que se rompen se arreglan no se cambian las piezas por unas nuevas.

86. Al ecuatoriano le gusta las reuniones y hablar en público, estas suelen durar horas. Si nos vas conciencia se te pueden hacer eternas y poco eficientes, al final uno no sale de ellas con los objetivos claros.

87. A diferencia de Europa, las calles de Ecuador están llenas de niñ@s jugando en la calle, todavía se utilizan los juegos tradicionales, la pelota, la cuerda, los palos.

90. En las ciudades existen pocas librerías, la ciudades que tiene más librerías son Quito, Cuenca y Ambato. Al contrario que algunas ciudades latinoamericanas como Buenos Aires y Montevideo que están llenas de librerías viejas. Lo que se me hace raro es que dentro de las universidades no hay librerías que vendan manuales técnicos y los libros de autores clásicos. Lo bueno es que existen «copisterías» con un buen repertorio de manuales para fotocopiar (depende la universidad). En estos puedes encargar copias de los libros más académicos y específicos de tus materias por un precio muy bajo (1 céntimo la copia). En general hay poca cultura lectora pero el que lee, lee mucho.

92. En Ecuador cada vez hay mas sectas religiosas, muchas son de tendencia cristiana pero no seguidoras de Roma (Evangelistas) venidas de Estados Unidos. Los ecuatorianos como el resto de Latinoamericanos son muy creyentes. Esto no significa que no haya de todo pero las iglesias se llenan los domingos (no he conocido todavía ningún musulmán pero sí judío).

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Idioma

7. Algunos ecuatorianos no hablan de forma directa (lo contrario al típico español que es directo e incisivo), a veces incluso utilizan “coletillas” diferentes a las nuestras: <<no sea malito, mande, hágame un favorcito, hermano lindo, mi hermano, una y no más>>. Manejan muy bien la oratoria, pueden hacer un discurso «bastante potente» sin prepararlo. 34. Los ecuatorianos no hablan alto, sólo cuando beben.

8. Es el país del mundo con más ingenieros, doctores, licenciados, etc. por metro cuadrado. Puede que que me confunda, pero sí los que más utilizan estás palabras para referirse a las personas. En Portugal no era tan frecuente pero también se utilizaba.

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Transporte

5. Una moto es utilizada como un coche, pueden ir en ella de una hasta cinco personas, o los que quepan, muchos llevan a la familia entera y otros utilizan “quat” o “bicicletas” como medio de transporte principal. Lo curioso es que a veces los bebés van delante del volante. En Latinoamérica una moto muchas veces es señal de peligro porque los sicarios suelen ir en moto, normalmente en pareja, en el caso de Manta han prohibido el uso de una moto para dos personas debe ser unipersonal por seguridad.

6. Algunos autobuses se les llama “chivas”, estos son bastante antiguos y con piezas de madera en la parte de la caja y asientos. En la sierra no es así, pero si algunas veces sueltan bastante humo como «mofetas», hay que tener cuidado porque van bastante rápido por la ciudad y pasan rozando al transeúnte que se acerca demasiado a la carretera.

31. La empresa Correos funciona en general bien, pero tienes que tener cuidado con lo que mandas sin certificar porque te pueden abrir las cartas si metes algo de valor. Lo digo con conocimiento de causa, me robaron un “pin” o broche de Lennin que me enviaron de Rusia junto con dos billetes de poco valor. A mi primo le robaron algunas revistas que enviaba de España sobre modelos de motores de agua.

53. Los taxis en Ecuador son amarillos como los de Nueva York y las carreras o viajes son baratísimos aunque no utilizan el taxímetro. Menos en Guayaquil que cuestan mucho más caro que en otros lugares. Eso sí tienes que tener cuidado con el “secuestro express” y no jugar con la seguridad por ahorrarte un dinero, es mejor llamar a las compañías de taxi y te mandan uno a dónde estés.

88. En Ecuador, los seguros de los coches no funcionan como en Europa, estos te pueden tardar meses en arreglar el coche. Por ello muchos reclaman cuando tienen un accidente que le paguen la avería en metálico al momento y así se evitar trámites y contratiempos que se puedan producir.

94. En Ecuador la marca de camiones, turismos y electrodomésticos a veces son diferentes a Europa. De hecho se comercia más con el mercado asiático y norteamericano que el Europeo, por ejemplo existen camiones Volkswagen (no sólo turismos), Hino, Kia, Jac, Hyundai, Ford y Chevrolet.

91. Los transportistas no tienen tantas leyes restrictivas como en Europa, no existe el taquígrafo ni las horas de descanso.

17. Hay coches circulando con más de 50 años, sobre todo Ford y Chevrolet. Estas marcas llevan años funcionando  porque existen modelos antiquísimos que en Europa se ven en los museos o revistas. Existen marcas chinas y coreanas que antes no existían en Europa (hasta la década de los 90).

19. A las comidas se le echa ají, de primero siempre hay sopa como en Portugal. Además lo típico es arroz con pollo.

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Arquitectura

9. Los cables de la luz, llamados tallarines tienen a veces plantas colgadas (sobre todo en la costa), puede haber en un mismo póster 25 cables juntos, con sus respectivos empalmes. El problema surge cuando dejan de ser útiles que nadie se encarga de quitarlos. En Guayaquil hablamos del doble de cables sueltos, sin embargo, en el centro de Cuenca están metidos por dentro de las calles. 43. Los tallarines son la docena de cables de toda la red eléctrica: luz, teléfono, internet, etc. Están en el exterior al igual que en EE.UU. Algunos de ellos están olvidados  colgando haciendo un péndulo a un metro de la calle.

10. Muchas casas tienen la segunda planta medio hecha. En Manabí la mayoría de los tejados son placas de metal que calientan como hornos.40. Los tejados son casi todos de lata no utilizan la teja de barro en la parte de la costa y la selva, en la sierra si se utiliza la teja de barro, como en Loja, Ambato, Cuenca.

11. En la costa las casas se alquilan sin amueblar, en la sierra puedes encontrar amuebladas pero son más caras.

13. Algunos ricos viven en un mundo a parte, en ciudadelas totalmente apartadas, son ciudades dentro ciudades. Donde tienen seguridad privada, y centros comerciales en su interior como los barrios de Guayaquil (Los Ceibos o Urdesa).

15. El personal de seguridad de los centros comerciales van con metralletas, pistolas y chalecos antibalas, al igual que el personal de seguridad de algunas ciudadelas (barrios donde viven los ricos).

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Salud

16. En las farmacias no hay muchos medicamentos que existen en Europa. Los básicos los recetan gratis en los seguros sociales o son más baratos que en Europa pero el resto de medicamentos no genéricos son muy caros y difícil de conseguir.

29. Aprendí que los hijos nacidos de relaciones entre personas «piel oscura con tez clara» no siempre tienen hijos mulatos, a veces tienen hijos u oscuros o claros pero no morenitos.

76. Los lavabos y sanitarios son diferentes a Europa (aunque los más modernos son iguales), estos últimos no hace falta utilizar la escobilla porque el sistema es diferente, tienen más agua y la cadena no es un botón sino una palanca que funciona como antiguamente en España. El papel no se tira en el retrete se tira a la papelera porque las tuberías no están preparadas para estos, son más finas.

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Empleo y economía

24. La moneda de Ecuador es el dólar norteamericano (igual que El Salvador y Panamá), y no utilizan billetes de más de 20 dólares para la circulación del día a día. Si quieres comprar con un billete de más valor de 20$, puede que no te los vayan a coger. Excepto si los traes para ingresar directamente en los bancos o cajas de ahorros. Los euros escasean en Ecuador y no es fácil que te cambien en los bancos dólares por euros.

25. Según he leído aquí (blog de Rodrigo García Cruz), en el 2011 Ecuador fue el 4º mejor  país para emigrar y buscar empleo, salieron 3430 españoles a este país, de un total de 215.000 españoles  (1,5% del total).

30. Me gusta mucho ese Ecuador de que uno puede poner un negocio en su casa o en cualquier parte. Por ejemplo, no es raro ver un cartel en la entrada de una casa que diga “vendo gaseosas” o “vendo empanadas”. En Ecuador existe una fuerte economía de subsistencia que hace sobrevivir a millones de ecuatorianos. En Europa sería imposible tener la tienda en casa o ganarse la vida vendiendo vasos de coca-cola por la calle, muchos su negocio es una carretilla con fruta. En Europa todos son impuestos, leyes y demás restricciones burocráticas y sanitarias que impiden agilizar la economía.

41. Existe mucha economía de subocupación, según el Banco Central del Ecuador (BCE) un 45,01%, lo bueno que puedes poner un negocio en tu casa o en un cualquier lugar de la calle. No es raro ver un cartel en una casa vendo gaseosas, empanadas, tortitas de maíz o yuca, etc. Hasta existe alguna casa transformadas en un gimnasio. Los autobuses se llenan de vendedores de los pueblos que uno pasa.

70. Cuando viajas por carretera recorres el centro de los pueblos.  En  los autobuses se produce gran comercio de minoristas y buscavidas, te ofrecen de todo, a veces se hacen hasta caravana de vendedores. Normalmente son productos de la zona elaborados por ellos mismos. El problema surge porque el país todavía no está plenamente industrializado y en estos pueblos no hay trabajo para todos. La mayoría pertenece a los municipios o la educación.

32. En los “puestecillos”, bares, restaurantes, tenderetes, es mejor pagar el total de una vez, sobre todo por la zona de Manabí, porque siempre que pido un desglose de la cuenta, me sale más cara que si pago del principio. Sé que es raro pero es así en Cuenca también pasa.

44. La empresa que más se anuncia en la carreteras (la televisión no la he visto) es el propio gobierno: Ecuador avanza junto la revolución ciudadano, cuida la naturaleza, el gobierno de Ecuador confisca más de x armas, Ecuador piensa en el Medio Ambiente, etc.

45. Ecuador tiene petróleo, tanto que es el motor de la economía. Parte de la selva está encima de una bolsa de oro negro.

47. Los ecuatorianos son muy hospitalarios. Se preocupan por ti, siempre existen detalles hacia uno y son muy amigables, te saludan, te dan la mano, te quieren invitar.

60. Ecuador es un país lleno de proyectos pero muchos desgraciadamente no se ejecutan. Y lo digo de forma constructiva. La investigación es una burbuja que muchas veces es algo teórico pero poco práctico. Hay pueblos que no tienen agua potable pero si realizan proyectos de como mejorar la red vial. Los proyectos es la mejor forma de justificar el dinero. ¿Cuánto vale un proyecto?

61. La Constitución de Ecuador está formada por el Plan Nacional del Buen Vivir, la idea surgió de una tesis doctoral del actual presidente Rafael Correa (más tarde la mejoró con filósofos europeos). Todas las universidades centran sus proyectos y miras en éste plan. Al igual que en Europa se basan en el libro La tercera ola de AlvinToffler.

62. Los impuestos en Ecuador y la forma de pago son muy parecido a España, de hecho existe los mismos impuesto como el IVA, Impuesto de la Renta, su forma de calcularse es muy parecida a España. Sino pagas impuestos al SRI (Servicios de Rentas Internas), como Hacienda Pública en España te ponen una pegatina en grande diciendo que no pagas impuestos y te clausuran el negocio hasta que liquides los impuestos que debes, tipo Reino Unido.

63. La burocracia es infernal (como en la mayoría de países latinoamericano y también a veces en España), sobre todo en las tareas desarrolladas por las administraciones públicas. Está mejorando muy rápido aunque a veces depende con que funcionario te topes te puede informar una cosa u otra. La mayoría de los edificios gubernamentales son nuevos y están muy bien equipados,  casi todos los funcionarios son nuevos y jóvenes, las aplicaciones informáticas están actualizadas, de hecho puedes utilizar el celular o móvil para informarte que tal va el proceso. O mirar en la web que papeles son necesarios.

66. Existe una ley de transparencia, puedes ver como están los procedimientos judiciales a través de la página www.funcionjudicial-manabi.gob.ec  Por cierto, que yo sepa todavía no existente en Europa a excepción  de Inglaterra (aunque no es tan completa).

68. La ropa de firmas internacionales y la tecnología es muy cara y hay muy poca variedad. Una cosa que hecho de menos es que no haya IKEA, ellos no lo conocen.

72. En Ecuador en general no existe un lugar específico para arreglar los ordenadores Mac (en Cuenca sí hay), de hecho esta marca trabaja poco en Ecuador y es muy clasista. Para su venta y reparación existe un lugar que son las tiendas Apple, pero éstas muchas veces te dan diagnósticos equivocados y muy caros (dos veces me ha pasado esto con una tienda de Guayaquil). Obviamente todo lo que menciono es problema de la empresa de la manzana y de nosotros los consumidores que lo aceptamos. Pero desde mi punto de vista si vendes ordenadores te tienes que hacer cargo de la reparación de los productos que ofreces. Aunque, en España ocurre algo parecido cuando ya te deja de funcionar la garantía. Cuidado porque los móviles tienen otra frecuencia en Latinoamérica (el iphone 4s ya viene con todas las frecuencias).

75. Se lleva mucho los préstamos personales, son préstamos sin supervisión legal, de palabra. Dinero fácil entre particulares a un tipo de interés muy alto. Cobran en efectivo cada día una porción ínfima del préstamo, puede ser un dólar. Dicen que la mayoría de los que prestan  son colombianos y van a cobrarlos en pareja de dos en moto, son los conocidos como “chusqueros”.

78. Ecuador existen 43 empresas españolas afincadas allí (si contamos PYMES pueden ser más), cada vez hay más españoles trabajando en el país (la crisis y el crecimiento de  Ecuador está atrayendo talento humano). Normalmente los españoles se juntan con españoles y otros extranjeros. Muchos ecuatorianos son españoles de segunda o tercera generación.

85. En Ecuador hay muy poca gente pidiendo por la calle en comparación con otros países latinoamericanos. El ecuatoriano oriundo puede vivir de la fruta de los árboles y otros productos que da la tierra.

96. He hablado con ecuatorianos que piensan que en el país habrá en el futuro una crisis. Ecuador tiene una administración pública descentralizada que también emite deuda. En general el país está mejorando en muchas aspectos y de forma muy rápida, todo el mundo habla de un antes y un después con Rafael Correa.

97. En Ecuador tienes que tener cuidado con lo que te dicen que te van a pagar y luego te van a pagar de verdad. Como en mi país, pero aquí lo que yo he vivido personalmente todo es más pronunciado, el problemas que cuando te quieres dar cuenta es muy difícil remediarlo.

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Poder adquisitivo

21. Los centros comerciales conocidos como “mall” son similares a los europeos, pero los productos extranjeros son más caros en Ecuador. por ejemplo, los precios al salario ecuatoriano serían como el triple más caro que en Europa. Como anécdota en un «mall» nunca he visto a casi nadie comprando en las tiendas de firma. Lo que resulta también curioso que cuando vas a pagar la dependiente te pregunta: <<factura a tu nombre o cliente final>>.

Del lado contrario del “mall” están los mercadillos callejeros y los vendedores ambulantes, estos son infinitamente más baratos que los “mall” y tienen de todo, sobre todo productos fabricados en China o Ecuador. Normalmente se encuentran en el centro de las ciudades (en medio pasan los coches tan normal) o en un pueblos que se dedican a solo una cosa, como Chordeleg, Pelileo, etc.

26. El gas y la luz son baratísimos, son productores y están subvencionados. Como anécdota, una bombona de 50 litros cuesta 1,80$ y de factura de la luz pago 6$ aproximadamente.

 98. En Ecuador la energía y la vivienda es muy barata, Internet no es muy caro ($35) y funciona bien. Todavía no han especulado las multinacionales con ello como en España.

52. Cuando pides la cuenta es mejor no darles muchas vueltas y pagar a la primera, si pides el detalle casi seguro pagarás más, porque muchas veces no lo han calculado el importe exacto, por eso no te han incluido muchas cosas, es surrealista pero es así.

82. A los bebés no suelen ser transportados en carritos “megaequipados”, existen pero normalmente son más sencillos. Muchas madres llevan a sus hijos a cuesta o con una manta como el caso de nuestros vecinos, los indígenas los cargan envueltos a la espalda con unas telas de colores y bordados.

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Sobre Manabí

22. En Manabí hablan de “agua de calzón“, esto me recuerda a los hechizos de las películas, no tiene desperdicio esta pócima mágica para enamorar.

54. En la zona de Manabi hay una familia de árboles preciosos llamados ceibos, son de color verde y parecen tener brazos como personas.

69. En Manabí se hacen a mano los sombreros de paja toquilla, los conocidos sombreros “Panama Hat” o “Sombreros de Jipijapa”, sin embargo se llevan muy poco en Jipijapa y en el resto de Manabí. Por 50 dólares encuentras sombreros de ocho nudos en un centímetro que en Europa costarían seis veces más. Sin embargo, en Loja, Cuenca o Ambato si que observé ciudadanos elegantes con su sombrero, pero estos son de acabado diferente ya que tienen como una capa de escayola sobre la paja toquilla.

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Sobre Galápagos

23. Ecuador tiene unas de las islas más auténticas del mundo, las famosas Islas Galápagos, llamadas las islas encantadas. Para los amantes de la naturaleza merece la pena ir a conocerlas, pero no es barato entrar, son como 100 dólares de impuestos para los no ecuatorianos.

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Comida y bebida

20. Los de la sierra comen cuyes,  dicen tener propiedades especiales, si te pasan estos por el cuerpo y tienes una enfermedad ellos enseguida te lo detectan y la contraen en el mismo lugar que tú la tienes.

42. En general en Manabí beben mucho, muchas veces hasta llegar a la inconsciencia, esto en Jipijapa tiene nombre propio lo llaman “pluto”. Algunos se pasan días bebiendo de seguido, pero sin embargo fuman muy poco tabaco (lo contrario a Europa). No he conocido ninguno ecuatoriano que fume puros, lo que ellos llaman cigarros largos. El tabaco no está muy bien visto en la sociedad, menos aún la marihuana.

35. No beber de su vaso cuando te ofrecen bebida es de mala educación. No suelen beber con tapas o picando comida sino a palo seco.

36. Lo que más comen es pollo y arroz, casi todos los días para comer y a veces hasta para merendar. También comen por la costa pescado crudo en una especie de sopa, lo llaman ceviche, y suelen echarle mucho limón.

67. En los refrescos no se utilizan los envases hechos de aluminio, las famosas latas (que si venden en supermercados grandes). Se venden casi todo en vidrio (retornable) o plástico.

80. Los puestos de la calle son muchos, los precios no son fijos, en un mismo día pueden cobrarle a uno diferentes precios por un mismo producto. Es decir, las cosas no son fijas, todo es negociable depende del momento y si te conoce (los taxistas a veces es un poco así, depende con quien des).

81. El café es soluble y sin leche, aunque conocen la cafetera italiana, en la mayoría de los sitios no se utiliza (en Cuenca sí). En Ecuador siempre se ha cultivado café, ahora de nuevo se le está ayudando al agricultor con ayudas estatales y cooperativas públicas. Como curiosidad, muchas veces el café que tomamos en Europa con denominación de origen Colombiano es ecuatoriano, lo compran a los agricultores ecuatorianos pero lo envasan en Colombia para venderlo como colombiano.

89. En Ecuador los “puticlub” o “whiskerias” son llamados “chongos”, en estos se bebe mucha cerveza (por el mismo precio que un bar cualquiera), las camas están hechas de cemento, y la apertura al cierre se produce muy temprano, en la parte de la costa de 9 de la mañana a las 18 horas. Muchas prostitutas parecen del mismo país pero de diferentes zonas, aunque también hay de otros lugares.

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Deporte

28. El fútbol es el deporte por excelencia (nada nuevo), existe un club de fútbol llamado Barcelona Sporting Club, fundado en 1925 por un catalán llamado Don Eutimio Pérez. Casi todos los seguidores del Barcelona de Ecuador procesan admiración al Barcelona de España, Messi es un ídolo.

74. El fútbol mueve pasiones como el resto de Latinoamérica y Europa, si hay partido de la selección ecuatoriana se paraliza el país.  No es raro ver a ecuatorianos con  camisetas de equipos españoles, la mayoría de estas camisetas no son oficiales, pero muchas veces son hasta más bonitas y originales, algunas  las hacen a mano.

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Hermanados Latinoamérica con España

3. España para ellos sigue siendo “la madre patria”, quizá un modelo a seguir que se apaga por la crisis actual. De hecho se sorprenden cuando les hablo de la gran corrupción política que existe y como de enquistadas están sus instituciones. Por cierto en Ecuador a los españoles no nos llaman gallegos o vascos, como en otros lugares de Latinoamérica. 99. La mayoría de los ecuatorianos tienen un familiar en España (Cataluña) o que ha trabajado allí. Siempre les gusta hablar contigo de sus familias, sus experiencias, de por qué se ha producido la crisis en España, de las posibilidades de trabajo. Normalmente te preguntan directamente cuanto ganas y que haces aquí.

4. Hay algunas ciudades con nombre español: Cuenca, Zamora Chinchipe, San Fernando, Baeza, Logroño, Sevilla de Oro. La mayoría de éstas tuvieron fundadores de la corona española o eran descendientes de españoles.

18. Por primera vez utilizo en mi lista del móvil la  “w”, en la costa existen nombres muy diferentes e inimaginables en Europa como Washington, Winston, William, Wendhi,  Stalin, Lenin, Melquiades, Jandry, Erika, Julio César, Darwin, Jofre, etc. 58. La mayoría de los nombres son compuestos, pueden ser un nombre español y seguido de otro inglés o francés. En Jipijapa algunos nombres son raros porque son nombres que yo relacionaba con personalidades históricas: Washington, Franklin, Ronald, Byron, etc. La mayoría de los apellidos son españoles y después chinos.

95. Los ecuatorianos son en general extrovertidos y muy buena gente, les gusta lo español ya que lo consideran parte de su cultura aunque a veces piensan que todos los españoles tenemos “plata” y nos creemos algo superiores (quizá por el tema histórico). No siendo éste mi caso. Si les sacas el tema de la leyenda negra española siempre te dirán que les explotamos y vinimos a por el oro, que no dudo que esto fuera cierto pero al igual que todos los imperios se cometieron errores. También muchos piensan que los imperios que había antes de que viniera Cristobal Colón fueron idílicos, cosa que no era, algunos tenían ritos caníbales (enterraban a los niños vivos como ofrenda a los dioses), tenían guerras internas muy crueles, se conquistaban también unos a los otros.

Me he encontrado siempre con muy buenas personas que me han tratado muy bien, aunque haya tenido inconvenientes (al igual que bastantes españoles) con alguna casera egoísta que no quería devolver la fianza, pero eso también me ocurrió en Escocia. A los ecuatorianos les gusta invitarte a su casa y al igual que en España toda reunión se acaba convirtiendo en un buen banquete de comida y bebida.

93. Muchos ecuatorian@s son más pasionales que el resto de europeos y españoles. Ellos sienten las relaciones personales más intensas, son más abiertos para algunas cosas (tener amantes, echar un baile pegado y hablar de dinero en público) y más cerrados para otras (hablar abiertamente de la política, expresarse sobre religión, comentar problemas que ocurren, etc). Todo esto no es en todos los casos, existe de todo como en el resto del mundo.

 Indice de Ecuador por Grouchoo

Todo esto lo escribo sin animo de ofender todo lo contrario unir culturas y «planetas», no pretendo decir si es bueno o malo, ni asentar verdades como puños,  sólo escribo lo que han visto mis ojos aleatoriamente, aún así estas 100 anécdotas no tienen porque ser ciertas puede que haya diferentes opiniones por otros ojos igual de aceptables. Si alguien escribiese  sobre mi país España me parecería bien incluso genial, la literatura es libre y así hay que dejarla, mezclarla, crearla.